MODA
Tendencias de primavera-verano 2022: ¿qué vestiremos la próxima temporada?
Con las propuestas de las pasarelas ya mostradas y empezando a ser analizadas, estas son algunas de las claves que, probablemente, se repitan una y otra vez dentro de unos meses.
La muestra de las tendencias de primavera-verano 2022 deja claro que la nueva normalidad se parece a la vieja normalidad, al menos en lo que a tiempos se refiere. Porque aunque hay firmas y directores creativos que han visto en este inciso que supuso 2020 una oportunidad de reinvención, otros han preferido seguir dentro de la rueda de las Semanas de la Moda. No hay margen al reproche: siguen suponiendo una estructura a nivel de exposición y monetización difícilmente eludible. Tanto que ha habido un número de desfiles lo suficientemente elevado como para poder esbozar las primeras tendencias de primavera-verano 2022 aquí y ahora.
El estampado de rayas (verticales)
Es cierto que el estampado de rayas horizontales o incluso marineras es un clásico tan atemporal que una camiseta o un jersey así suele aparecer en la lista de prendas de un armario cápsula. Su carga primaveral es ineludible, pero eso es precisamente lo que podría haber llevado a distintas firmas a reinventarlo cambiando la dirección de las líneas. Una de las primeras muestras y pistas de que el print de rayas verticales apunta a masivo está en Carolina Herrera New York, cuya colección festiva incluye varios vestidos en blanco y negro (ojo, porque es otra tendencia) que de manera un tanto inevitable referencia a un Beetlejuice hipersofisticado. A la icónica casa se le suman Marni o Victoria Beckham con un conjunto de dos piezas relajado, pero también JW Anderson, que escoge el lavanda, o Jil Sander, que elige el melocotón. Además, se pueden rastrear en Altuzarra, Emporio Armani, Preen by Thornton Bregazzi, Roksanda, Givenchy, Schiaparelli, Courrèges, Balmain, Isabel Marant…
El combo vestido + pantalones
Este es un recurso muy, pero que muy popular entre el street style desde hace años: crea un estilismo efectista en cuestión de segundos y, además, permite descontextualizar vestidos que, en otro momento quedarían relegados al plano de las ocasiones (muy) especiales. Se ve especialmente bien en la combinación del slip dress y vaqueros de Louis Vuitton, así como en el look de tul y denim de Toga, además de en la satinada de Isabel Marant o en la colorista de Collina Strada. La cuestión está en que esta combinación se ha extendido tanto que empiezan a surgir otras interpretaciones más minimalistas con vestidos camiseros, como la de Peter Do o Missoni, y con vestidos cortos, como en Fashion East o Giorgio Armani.
Las minifaldas
Si hubiese que elegir una prenda que defina el verano de 2022, esa sería la minifalda en su versión más pura. Es decir, corta, muy corta, en un alegato de diversión y hedonismo que reivindica el placer de vestirse y de mostrar el cuerpo como se quiere y cuando se quiere (algo muy ligado, además, a las transparencias). La lista de las firmas que han incluido una es tremendamente larga, pero destaca especialmente Prada, ya que entre las creaciones de Miuccia para la casa no suelen abundar. Sin embargo, en esta ocasión se hicieron con parte del protagonismo de un desfile simultáneo y sexy. Una sensación que, no tan curiosamente, también está en Miu Miu, otra de las firmas que más y mejor ha alardeado de medidas cortas. Extremas, en este caso, ya que la cinturilla se coloca a la cadera, en un recordatorio de esas faldas-cinturones de los 2000 que tantas celebridades pop llevaron sin parar en casi cualquier tejido. Puede que no sean el patrón más cómodo del mundo, pero el impacto visual que han causado hace probable que se cuelen en otras marcas más accesibles, algo que también puede pasar con las de Blumarine (de nuevo, con talle bajo), Balmain, que lo mueve para crear un efecto que estilice la figura, o Loewe, que recurre a la asimetría para añadir contraste a un jersey mullido.
Los blazers XL
O directamente boxy blazers. Sea cual sea el nombre empleado, lo importante para la próxima temporada es volver a los patrones amplios de hombreras marcadas y generosas, en una nueva revisita de la sastrería como símbolo de optimismo y también de una nueva manera de entender el empoderamiento. En Balenciaga se encuentra uno de los ejemplos más generosos en cuestión de medidas (aunque el look consiste en únicamente la chaqueta con unas botas infinitas), pero tampoco hay que obviar el de Versace, más ajustado a la cintura, o el de Lanvin, ya que ambas firmas proponen que el blazer se utilice como vestido, algo que también sucede en Saint Laurent y Dolce & Gabbana. En Jil Sander o Proenza Schouler hay ejemplos de trajes más canónicos, como también sucede en Lemaire, Peter Do o The Row, pero no debe perderse de vista las propuestas de combinación con minifalda de Prada, uno de los desfiles más sonados de la temporada.
Las flores
Pensar en flores en primavera y no retrotraerse al desprecio de la cinematográfica Miranda Priestly en El diablo se viste de Prada (2006) es difícil para quienes hayan visto la película. Pero la opinión de que la obviedad no merece ser tenida en cuenta se pone en entredicho, al menos según los directores creativos. Porque para la próxima temporada hay muchas flores entre las propuestas de las casas de lujo; flores de todo tipo que se asoman sin vergüenza en vestidos (quizás la apuesta más obvia) pero también en abrigos, zapatos o monos, piezas menos evidentes. Dolce & Gabbana las encara desde la sensualidad, mientras que Lanvin desde la delicadeza epatante de los tirantes finos y las faldas voluminosas. Por su parte, Erdem realiza una aproximación más romántica que lleva incluso a sus tocados y sombreros, mientras que Richard Quinn vuelve a incidir en uno de sus looks más identificativos y clave. Marni las interpreta de una manera más gráfica, como también hace Giorgio Armani. Las hay muy, muy pequeñas, como en Molly Goddard, Collina Strada o Simone Rocha, o ligeramente deconstruidas, como en Giambattista Valli. Corolario: cualquier dibujo y tipo vale. Al fin y al cabo, son looks de primavera.
El blanco
Esta puede ser otra tendencia que suene redundante, porque el tono está muy ligado a la imagen del verano y el buen tiempo, a la ligereza que se presupone a esta estación. Pero puede que la necesidad de buscar seguridad y bienestar lleve a explorar territorios ya conocidos y que eso tenga como consecuencia que haya un buen puñado de marcas que se han decantado por incluir looks totalmente blancos entre sus referencias. Y ya se sabe lo que sucede cuando se tiene un look monocolor entre manos: que la atención se pone en las texturas y los patrones, que son los que llevarán a un conjunto hacia una escuela estética u otra. Por ejemplo, en Saint Laurent by Anthony Vaccarello se hace un guiño claro a los años 80, mientras que Peter Do se acerca más a los 90 gracias a la querencia minimalista de sus abrigos. Fendi parece recrearse en una suerte de power dressing níveo, mientras que Proenza Schouler o Carolina Herrera lo hacen en ciertas coordenadas de la feminidad tradicional, como las mangas abullonadas y redondeadas. Pero el blanco también puede hablar de sensualidad, como pasa con las aberturas de Emilio Pucci o Alberta Ferretti o las transparencias de Isabel Marant, JW Anderson y Valentino, de espíritu retro, como en Dior o Tod’s, de cierto boho revisitado, como en Chloé, o de romanticismo, como en Molly Goddard o Simone Rocha.
Los flecos
Esta es una tendencia que se puede considerar continuista, ya que su presencia entre las propuestas de otoño-invierno 2021/2022 es relevante. Solo que quizás sea la próxima temporada cuando vuelvan a sobresalir y de convertirse, una vez más, en tendencia masiva. La relación conceptual entre la libertad del verano y el movimiento que implica uno de los adornos más antiguos de la historia de la vestimenta está ahí, y ha sido recreada por firmas como Proenza Schouler, que los tiñe de un contundente rojo, o Chloé, que explora una versión más gruesa y multicolor, algo que también sucede (de un modo más volátil y fino) en Halpern, que utiliza a bailarinas para que los diseños cuajados de flecos se muevan como merecen. Rodarte los usó para un vestido rosa que evoca la época disco, como también pasa con un modelo dorado de Balmain o uno plateado de Dolce & Gabbana. Siguen en los vestidos de Fendi, Ferragamo, Tod’s, y también en tops de Dior, Stella McCartney o Alberta Ferretti. Como sucede con las flores, cualquier interpretación es válida.
Las transparencias
¿Qué sería de una temporada de verano sin tejidos que dejen ver el cuerpo, sean cuales sean? Como con el blanco o con las flores, la asociación de las transparencias con el buen tiempo y la exposición del cuerpo es directa y conocida, motivo por el cual, quizás, los diseñadores han querido incidir en ella (lo dicho: recorrer territorios comunes y conocidos que aportan seguridad y bienestar). De hecho, precisamente con flores se mezcla en los vestidos de JW Anderson y Valentino, así como con en la falda larga de Giambattista Valli, haciendo que la delicadeza de ambos elementos se sublime. Sin embargo, es en su versión más lisa (tanto en tonos neutros como llamativos) la que triunfa entre las colecciones: están las camisas de Rejina Pyo, Etro, Erdem, Emporio Armani, Emilio Pucci o Dior; los vestidos de Balmain, Blumarine, Molly Goddard o Chloé y las apuestas más arriesgadas de Givenchy o Fashion East, donde la tela adquiere un aspecto acuoso. ¿La mención especial? Schiaparelli, gracias a un estilismo que trae de vuelta la sensualidad propia de las imágenes de Helmut Newton.
Los colores pastel
No constituyen la única gama cromática que estará presente la próxima primavera-verano 2022, pero sí es una que merece la pena destacar, especialmente en lo que respecta al lila y el verde empolvado. Esos dos colores, junto a un amarillo suave y una buena cantidad de rosa claro, han salpicado multitud de desfiles presentados en septiembre, jugando a las relaciones evidentes, como en Moschino o Jil Sander (dos looks con una gran carga naíf) pero también al contraste de contrarios, como en Fendi y un estilismo más ajustado y agresivo. En ese polo también se puede identificar a Givenchy y un look experimental, pero ganan la partida los del primer equipo, también compuesto por Rodarte o Loewe. ¿Otro tono a tener en cuenta? El azul claro.
La inspiración en muñecas (de otra época)
Seguro que la imagen ha empezado a definirse rápidamente en la cabeza, pero si no, los vestidos de tul y volumen de Simone Rocha, Balenciaga o Giambattista Valli terminan de perfilar el tipo de juguete que parece haber guiado determinadas piezas de temporada. Molly Goddard ofrece una apuesta igualmente inocente pero más comedida en patrón, mientras que Philosophy di Lorenzo Serafini elige añadir aberturas que suman sensualidad a este arquetipo; estrategia similar a la de Erdem pero que, sin embargo, en la firma que desfila en Londres se ejecuta gracias a unas líneas más rectas. Se trata, sencillamente, de uno de los uniformes (entendidos como algo positivo) que cualquier persona puede poner en práctica la próxima temporada, una en la que la celebración de volver a vestirse se normaliza todavía más y los límites entre lo adecuado e inadecuado según contextos se difumina. Es decir, que en ciertos momentos parece que las fronteras entre un vestido para diario y uno para una fiesta se traspasan, manosean y rompen: se trata de tener libertad para llevar el look con el que cada persona se identifique en ese momento con independencia del contexto.
Las telas satinadas
Es otra plasmación de ese entusiasmo por volver a vestirse que sobrevuela la temporada de otoño-invierno 2021/2022 y que planea hasta la siguiente. Siguiendo con esa ruptura de lo diurno y lo nocturno, las telas brillantes y satinadas se llevan en cualquier momento del día, ¿o no es posible imaginarse yendo a la oficina con el conjunto de camisa y falda plisada de Peter Do o con el vestido minimal de Jil Sander? Incluso con los trajes de chaqueta (que encuentran en estas texturas una manera de reinventarse) de Etro y Fendi, o con la camisa a juego con el pantalón de Gabriela Hearst. Sin embargo, los vestidos siguen siendo la pieza favorita para este tipo de brillo, y así lo demuestran los de Victoria Beckham, Halpern, Roksanda, Prabal Gurung, Erdem, Christian Siriano o Dior.
Especiales
Choque de titanes: la controversia entre Zalando e Inditex sobre las bolsas de plástico
Aunque las bolsas de plástico de todo tipo se han vuelto toda una rareza en la mayoría de calles comerciales, continúan desempeñando un papel importante entre bastidores, especialmente en el comercio electrónico. Un hecho que, según se dice, ha llevado a un conflicto entre la multinacional española de la moda Inditex y el minorista en línea con sede en Berlín, Zalando.
Aunque la muchos clientes lo desconocen, la mayoría de las prendas de vestir aún se transportan en una bolsa de plástico desechable protectora, llamada comúnmente «polybag», al menos en el trayecto desde las fábricas hasta los minoristas. Una vez allí, el plástico, que pretende proteger contra la suciedad y los daños, a menudo se retira para dar paso a una alternativa «ecológica», como papel reciclado o cartón, antes de ser enviado al cliente.
¿Qué son los polybags?
Un estudio de 2019 realizado por la organización Fashion For Good define los polybags como una bolsa de plástico transparente, generalmente hecha de polietileno de baja densidad (LDPE), que protege una prenda contra la suciedad, la humedad y los daños durante el transporte desde las instalaciones de producción hasta los centros de distribución, las tiendas minoristas y los hogares de los clientes. Según el informe, la huella de carbono del embalaje y la distribución como parte de la cadena de valor general de la industria de la moda es generalmente relativamente baja, pero las empresas de moda que buscan cero residuos descubren cada vez más que una parte significativa de sus residuos son los plásticos y polybags.
Esto también ocurre en Inditex. En 2019, el grupo español de moda se propuso dejar de facilitar a sus clientes bolsas de plástico de un solo uso para finales de 2023. La agencia de noticias Bloomberg citó a un portavoz de Inditex diciendo que el 95 por ciento de este objetivo se ha alcanzado a nivel de grupo, pero Zalando ha puesto contra las cuerdas al gigante español.
El motivo es que Zalando, que distribuye productos de las marcas Massimo Dutti, Oysho, Bershka y Pull&Bear en otros mercados, se niega a retirar los mencionados polybags de las prendas de Inditex antes de enviarlas al cliente final, incluso después de que Inditex se lo haya solicitado.
En busca del término medio
Cuando se consultó al minorista en línea con sede en Berlín, Zalando explicó que los productos se envían en sus bolsas de polietileno, y sus razones parecen tener fundamento.
Por un lado, es parte de las condiciones de entrega de Zalando que sus socios, incluido Inditex, entreguen cada producto «listo para la venta al por menor». Esto significa que los productos deben llegar a los centros logísticos de Zalando con un embalaje individual adecuado para que puedan enviarse a los clientes.
En segundo lugar, una evaluación interna ha demostrado que no es ventajoso usar polybags en los procesos internos y luego quitarlos poco antes de enviarlos a los clientes, según dijo el portavoz de Zalando, argumentando que quitar estas bolsas aumentaría el riesgo de que los artículos se dañen tanto durante la entrega que ya no se puedan revender, lo cual es la opción menos sostenible.
Sin embargo, Zalando también admitió que el plástico de un solo uso es un gran obstáculo para la sostenibilidad. En lo que respecta al uso de polybags, la empresa está en diálogo continuo con sus socios para evaluar las soluciones más sostenibles a largo plazo para todas las partes.
Zalando no mencionó directamente a Inditex, pero se conoce la existencia de diferentes puntos de vista sobre este tema y se están haciendo esfuerzos para encontrar un terreno común. Además, se están probando alternativas internamente, como una técnica especial de plegado para marcas privadas y bolsas de plástico más delgadas, y la empresa ya ha reducido su dependencia del plástico de un solo uso en los últimos años.
Especiales
Pathé’O, de sastre de barrio a diseñador de jefes de Estado africanos
El marfileño-burkinés Pathé’O, un humilde sastre de barrio autodidacta, se convirtió en el modisto de los jefes de Estado africanos y celebra el 50º aniversario de su carrera liderando la «lucha» por obtener el reconocimiento de la moda del continente.
«Hace 50 años, no podía imaginar que llegaría a esto. ¡Es extraordinario!», declaró recientemente Pathé Ouedraogo (su nombre real) en una rueda de prensa en un gran hotel de Abiyán.
Alto y esbelto, con rostro de anciano sabio, siempre ataviado con sus famosas camisetas con ricas tonalidades de color que forjaron su fama, este hombre de 70 años mantuvo la modestia pese al reconocimiento internacional, que lo llevó a colaborar con la célebre casa francesa Dior, en 2019.
Nacido en 1950, en tiempos de la colonización francesa en Alto Volta, luego convertido en Burkina Faso, Pathé’O emigró con 19 años a Costa de Marfil, que entonces vivía un «milagro» económico, con «la bendición de sus padres» como todo equipaje, lo que cuenta en su biografía «De fil en aiguille» (el hilo en la aguja), a publicar durante junio.
Como muchos de sus compatriotas, primero intentó trabajar en las plantaciones de cacao: lo rechazaron a causa de su constitución demasiado frágil. Luego se trasladó a Abiyán, donde improvisó una sastrería en un pequeño taller alquilado por pocos francos en Treichville, el corazón popular de la capital marfileña.
Se forma como autodidacta y construye pacientemente su éxito. En 1987 ganó un importante certamen local, «Ciseaux d’Or» (tijeras de oro), que lo dio a conocer. Una década más tarde, el presidente sudafricano Nelson Mandela vestía una de sus camisas en una visita oficial a Francia.
Destreza única
La publicidad aportada por el ícono del anti-apartheid resulta extraordinaria. En los días siguientes, sus tiendas se vieron invadidas por una multitud de clientes. El rey de Marruecos, Mohamed VI, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, el multimillonario nigeriano Aliko Dangote-el hombre más rico de África-, entre muchas personalidades y estrellas del mundo del espectáculo, integran su clientela.
Historia de éxito de la moda africana, la Casa Pathé’O tiene boutiques en una decena países y cuenta con unos sesenta empleados.
Empresario avezado, casado y padre de tres hijos, Pathé’O visita cotidianamente sus talleres en Treichville, donde lo contactó un equipo de la AFP.
Decenas de obreros-sastres, costureras, planchadoras-trabajan en tres grandes piezas que dan la impresión de un hormiguero, apenas refrescadas por ventiladores de techo. Todas las prendas se fabrican casi por completo a mano, con ayuda de viejas máquinas de coser Singer.
Pathé’O controla todo el trabajo, incluso corta él mismo.
Es «un hombre sencillo, siempre disponible, quien brinda su tiempo para escuchar y explicar», señala el director de su taller, Léon Ouedraogo, quien trabaja junto a él desde hace 40 años.
«En esta profesión hay que saber hacer un poco de todo», confirma el modisto, ahora ocupado con sus famosos tejidos de algodón con diseños complejos, teñidos en otro taller del mismo barrio, que muestra con devoción.
La destreza de la casa es única: está el tinte «moteado», el «moteado estampado», la «ensalada», el tinte «nube», tejidos en «Faso Danfani» (tela de Burkina Faso)…
Cambiar la imagen de la moda
«Hay que crear todos los días, sorprender al cliente, todos buscan algo nuevo», dice Pathé’O, quien se inspira en la calle, en mujeres que van al mercado con ropas y bufandas multicolores.
«Ha aportado el orgullo de usar tejidos africanos», destaca el elegante diseñador marfileño Gilles Touré, quien considera a Pathé’O su «mentor» que le dio la oportunidad de abrazar la profesión.
Pathé’O pone el éxito comercial, los honores, al servicio de su «lucha»: cambiar la imagen de la moda en África, para que se reconozca como un sector económico por derecho propio y un instrumento de desarrollo.
Y, a pesar de que su oficio original a veces es menospreciado, uno de sus lemas es «producir para hacer avanzar a África».
Pathé’O acaba de inaugurar su nueva sede, un amplio y moderno edificio en el exclusivo barrio de Cocody, que albergará además la fundación homónima, cuyo objetivo es «hacer relucir a una nueva generación de diseñadores africanos».(AFP)
Crédito de foto: Issouf Sanogo / AFP
Especiales
JOSÉ M. HERNÁNDEZ, DE CAMPESINO A ASTRONAUTA: UNA HISTORIA DE INSPIRACIÓN Y ORGULLO MEXICANO
LA ASOMBROSA TRAYECTORIA DE JOSÉ M. HERNÁNDEZ, EL HIJO DE CAMPESINOS MEXICANOS QUE PASÓ DE TRABAJAR EN LOS CAMPOS AGRÍCOLAS A CONVERTIRSE EN ASTRONAUTA DE LA NASA, HA SIDO ADAPTADA EN LA CINTA «A MILLONES DE KILÓMETROS» DISTRIBUIDA POR AMAZON PRIME
La historia de José M. Hernández es una que resuena con fuerza en el corazón de muchos, una narrativa de perseverancia, sueños y el audaz deseo de alcanzar las estrellas. Este hijo de campesinos mexicanos, que alguna vez laboró en los campos agrícolas de California, se convirtió en un emblema de inspiración y orgullo, no sólo para la comunidad mexicana sino para todos aquellos que se atreven a soñar más allá de sus circunstancias actuales, pues pasó de ser un trabajador agrícola migrante a convertirse en uno de los pocos astronautas de origen inmigrante de la NASA.
Recientemente, la inspiradora vida de Hernández ha sido adaptada en la película A Million Miles Away, disponible en Prime Video, dirigida por Alejandra Márquez Abella y con la actuación de Michael Peña en el papel de Hernández.
En declaraciones a medios, la directora expresó su profunda conexión con la historia de Hernández, destacando la importancia de mostrar las ocupaciones honorables que a menudo son menospreciadas.
La película no sólo nos lleva a través de la perseverancia y el camino hacia el éxito de Hernández, sino que también destaca la influencia significativa de figuras como su maestra de segundo grado y su padre. Hernández espera que su historia pueda inspirar a otros a perseguir sus sueños con pasión.
A lo largo de su vida, Hernández no sólo se destacó por su brillantez académica, sino también por su profundo sentido de responsabilidad y compromiso con su comunidad. Tras obtener un título en Ingeniería Eléctrica, José se unió a la NASA, donde trabajó en la creación de tecnología avanzada para la exploración espacial.
Pero su verdadero sueño siempre fue convertirse en astronauta, un sueño que finalmente se hizo realidad en 2004 cuando fue seleccionado para formar parte del equipo de astronautas de la NASA. En 2009, José M. Hernández alcanzó las estrellas, participando en una misión espacial a bordo del transbordador Discovery, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y un testimonio viviente de que no hay límites para los sueños.
En cuanto a la conexión entre Márquez Abella y Hernández, esta se advierte al conocer la trayectoria de la directora. Nacida en San Luis Potosí en 1982, Alejandra Márquez Abella ha labrado un camino brillante y ascendente en el mundo del cine. Su pasión la llevó a cruzar el océano para formarse en Dirección Cinematográfica en el prestigioso Centro de Estudios Cinematográficos de Barcelona, España. Al regresar a su patria, nos regaló en 2009 el cortometraje 5 recuerdos, una obra que resonó en más de ciento treinta festivales globales, cosechando más de veinte premios y situándola como una promesa del cine mexicano.
No sólo se ha destacado en la gran pantalla; su talento también ha brillado en la televisión, participando como guionista en series reconocidas como Imaginantes y Soy tu fan. Pero fue en el cine donde su voz encontró el eco más profundo, dirigiendo películas que han capturado la esencia de la sociedad mexicana, como Semana santa (su opera prima) y Las niñas bien, esta última una aclamada adaptación de la novela homónima de Guadalupe Loaeza que le valió premios a Mejor película iberoamericana y Mejor guion en el Festival de Cine de Málaga de 2019.
En este sentido, A millones de kilómetros, además de ser la entrada de la directora al ámbito cinematográfico en inglés, es una celebración de la perseverancia y el talento mexicano.
La vida de José M. Hernández es un claro ejemplo de que, con esfuerzo y dedicación, los sueños más grandes pueden hacerse realidad. Su historia nos invita a soñar en grande, a trabajar duro y a nunca rendirse porque, como él mismo ha demostrado, incluso los sueños más audaces pueden alcanzarse.
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